USO DE IMANES EN LA PREVENCION DE LA RETICULOPERITONITIS TRAUMATICA (MAL DE LA VACA ALAMBRADA)
A diferencia de otros animales, las vacas durante su alimentación no utilizan sus labios para diferenciar los alimentos fibrosos de los elementos metálicos por lo que accidentalmente ingieren alambres, clavos, agujas de vacunación, púas y otros objetos de metal que irritan el tracto digestivo y en algunos casos llegan a perforar el retículo.
Estos objetos extraños pasan a la panza y en un periodo de 20-45 horas a partir de la ingesta son impulsados hacia el retículo donde se alojan por su propio peso o son enredados por su mucosa.
El animal puede convivir con estos objetos extraños sin inconvenientes, de todos modos el consumo no deseado de elementos metálicos en caso de provocar alguna lesión puede generar los siguientes efectos:
1. Reduce la producción de leche (pueden llegar hasta un 6-10% de reducción) ya que el animal pierde el apetito.
2. Puede producirse una anorexia repentina pudiendo llegar casi a cesar la producción de leche.
3. Los elementos metálicos pueden perforar las paredes del estómago (Peritonitis Aguda), causando posiblemente la muerte.
4. Puede generar abscesos hepáticos.
5. Puede afectar al nervio vago causando Indigestión vagal, o bien una hernia diafragmática, que puede formar absceso que incluso puede drenarse por la pared abdominal.
6. Puede causar neumonías, pericarditis, etc.
Prevención:
Como medida preventiva, y en base a una experiencia de décadas en países de América del Norte se acostumbra administra a los animales imanes por vía oral, preferiblemente después de un período de ayuno de 18 a 24 h. Comúnmente, estos imanes permanecen en el retículo y retienen cualquier objeto ferro-magnético en su superficie. Hay suficiente evidencia de que la administración de imanes a todos los animales al año de edad, reduce a un mínimo la incidencia de reticuloperitonitis traumática.
Estos imanes tienen los extremos redondeados, se colocan en la garganta del animal por medio de una pinza especial y luego permanecen activos durante la vida de la vaca atrayendo los objetos metálicos que traga, evitando de esta manera sufrir las consecuencias mencionadas.
